Me gusta mucho recostarme en el suelo, es frío, tan frío que resulta agradable. Su firmeza quizá no sea la más cómoda, pero mi cuerpo agradece el sentir fresco del piso. Me ha pasado tantas veces que siento un hormigueo en el cuerpo, deditos recorriendo mis muslos, pequeñas hormigas tomando una caminata sobre mis brazos,Sigue leyendo “Tacto”